Fué aquella noche en que la luna nos envolvió
con su luz; cuando por primera vez tus ojos
se dirigían hacia mí, tus manos me acariciaban
y tus labios me besaban.
Aquella noche en la que embriagada de tus
besos, fingí ser la más sobria de los dos,
cuando en realidad estaba mareada de tí,
de tu entrega, tus deseos y de esas ganas
de tenerme contigo.
Mareada por la noche, por la atmósfera que dejó
tu enloquecedor aroma , la cual, quedó impregnado
en mi cuerpo, alma y sentidos.
Sólo bastó una noche para quedar totalmente
hipnotizada y esclavizada por tí,
por tu ternura y locura; esclavizada y
encerrada entre tus brazos, esos, de los
que no me quería apartar.
Sólo bastó una mirada para conquistarme,
un abrazo para convencerme y
un beso para enloquecerme;
tán solo bastó una noche para sentirte mío,
para no pensar en los valores, la decencia
y el pecado, que en realidad, poco importaron.
La oscuridad, las estrellas y la luna
fueron testigos de esa noche, en que
nos envolvió el deseo y la pasión.
Aquella noche, pulsional y libidinal noche,
que volvería a repetir contigo.

Hermoso!!!, quien será el afortunado
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