Llegaste y se encendió el fuego que
se encontraba dentro de mi cuerpo...
Tu beso revivió mis deseos más instintivos
y no pude resistirme a ser parte del juego,
ese juego que se volvió intenso y pasional.
Mil sensaciones despertaron en mi cuerpo,
mis sentidos se volvierón tan vulnerables
que con tan sólo tu respiración se me erizaba
la piel y surgían esas ganas de estar más tiempo
contigo.
Tu nerviosismo me insitó a provocarte,
tu mirada a desearte,
y tu voz a besarte intensamente.
Fué una noche, un instante, un deseo,
que se grabaron en mi mente, encantador
fugaz, pasional.

No hay comentarios:
Publicar un comentario