Volví a sentir tus manos sobre mi piel,
mis labios la humedad de los tuyos y
tu mirada deseosa llena de placer;
caricias nuevas y mas intensas surgieron
en ese día del reencuentro.
Mis ganas y las tuyas aumentaron
como si supieran que ya no nos veríamos
jamás; beso tras beso fueron surgiendo en esa
atmósfera de deseo y pasión,
cada vez mas intensos y profundos
queriéndonos devorar uno al otro
sin pensar en nadie más que tú y yo.
Sentir tu respiración tan cerca de mi piel
era una sensación tan rica, que encendía
mi sentidos, se me erizaba la piel y crecían
mas mis ganas de tenerte conmigo.
No olvido tus manos inquietas y ansiosas
queriendo desprenderme la ropa del cuerpo,
queriendo sentir más y mi cuerpo
deseosa de sentirlas, era como un
choque eléctrico, una atracción
tan fuerte que no pudimos
contenernos en ningún segundo.
Llegar al clímax fue deliciosamente
espectacular, ¡fantástico!
nuestros cuerpos se dieron cuenta,
y el placer fue tan grande que
se quedaron grabados en mi mente,
en mi cuerpo...

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